La artista contrajo matrimonio con Rivera el 21 de agosto de 1929. Su relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio y un divorcio en 1939.
Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada. Por otra parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca pudo tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar
A pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres (que llegaron a incluir a la propia hermana de la pintora), ayudó a Frida en muchos aspectos. Él fue quien le sugirió a Frida que vistiera con el traje tradicional mexicano consistente en largos vestidos de colores y joyería exótica. Esto, junto a su semblante cejijunto, se convirtió en su imagen de marca. Él amaba su pintura y fue también su mayor admirador. Frida, a cambio, fue la mayor crítica de Diego.
La creciente reputación de Rivera en los Estados Unidos los llevó entre 1931 y 1934 a pasar la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit.
Entre 1937 y 1939 el revolucionario ucraniano (pero que hace su vida política en Rusia) León Trotsky vivió exiliado en la casa de Frida en Coyoacán, junto a su mujer. Allí Frida tendrá un romance con el líder comunista para, tras su asesinato a manos del miembro de la NKVD estalinista Ramón Mercader, ser acusada como autora del mismo. Esto la llevó a estar arrestada pero finalmente fue dejada en libertad al igual que su marido.
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